Las vitrocerámicas son un elemento importante en las cocinas modernas. Muchos coinciden en que su llegada a los hogares españoles en los años 90, fueron toda una revolución.
En ocasiones, por su apariencia, confundimos vitrocerámicas con placas de inducción. Las placas de inducción o “vitrocerámica de inducción”, aunque físicamente parecidas, se trata de una tecnología completamente diferente, funcionan con corrientes electromagnéticas que calientan la superficie de cocción y transmiten el calor a materiales ferromagnéticos.
En este artículo en particular vamos a hablar sobre las vitrocerámicas y cuánta electricidad consumen. Son además un elemento tan cotidiano en nuestras cocinas, que no somos conscientes de su consumo eléctrico cuando la utilizamos.
¿Qué es una vitrocerámica?
Las vitrocerámicas, también conocidas como “vitro”, son un sistema de cocción muy popular en los hogares españoles. De hecho, es algo tan extendido que su nombre se ha convertido en un nombre genérico para referirnos a cualquier superficie de cocción diferente a la cocina de gas.
Se trata de una placa de material vitrocerámico que separa a una resistencia que es la fuente de calor que funciona conectada a la corriente eléctrica, con lo que vamos a calentar, que son utensilios de cocina metálicos (sartenes, ollas, cazuelas, cacerolas, cafeteras…). Suelen tener, además, zonas de cocción de diferentes tamaños para adaptar la superficie calentada a nuestras necesidades.