Para reducir la demanda energética de nuestra vivienda o negocio es fundamental buscar soluciones que impulsen la eficiencia energética, como por ejemplo, los materiales aislantes. Utilizar unos u otros dependerá de factores como, la ubicación geográfica, el tipo de construcción, resistencia al fuego o a diversas condiciones medioambientales.
En CHC Energía sabemos lo importante que es practicar el ahorro energético para reducir nuestra factura energética y tener además una actitud más sostenible con nuestro planeta, pequeños gestos como utilizar luces led, controlar el uso de dispositivos electrónicos, o garantizar el aislamiento térmico de tu hogar, marcarán una gran diferencia en tu consumo a largo plazo.
¡Mejora la eficiencia energética de tu hogar!
A lo largo de este artículo te explicaremos cuáles son los materiales aislantes más utilizados y el papel fundamental que tienen a la hora de optimizar el consumo de energía para conseguir un confort térmico en tu vivienda. ¡Te los contamos!
1. Fibra de vidrio
La fibra de vidrio es uno de los materiales aislantes más comunes, ya que es altamente eficiente cuando se utiliza como aislante térmico. Este material lo podemos encontrar en forma de mantas, paneles y rollos, lo que hace que se adapte fácilmente a distintas superficies como son, paredes, techos y suelos. Una de sus principales ventajas es que actúa como una barrera contra los cambios de temperatura, ayudando a mantener la temperatura de tu hogar estable y reduciendo la necesidad de utilizar sistemas de calefacción o aire acondicionado. Por esto, es un gran aliado para ahorrar en tu factura de la luz.
2. Ventanas de PVC
Las ventanas de PVC (policloruro de vinilo) ofrecen un aislamiento térmico y acústico muy elevado, y acompañadas con un buen acristalamiento, pueden reducir hasta un 70% la fuga de energía más frecuente en una vivienda: a través de puertas y ventanas. ¿El resultado? Un ahorro de energía y una vivienda más eficiente. Habitualmente, este tipo de ventanas cuentan con un refuerzo interior de acero que las hacen más rígidas para que soporten mejor los cambios meteorológicos.
Cabe destacar, que las ventanas de PVC son las más utilizadas en Europa, ya que es un material que respeta el medio ambiente, tiene una larga vida útil y no necesitan mantenimiento. ¡Potencia tu ahorro energético con las ventanas de PVC!
3. Lana Mineral
Otro de los materiales aislantes más frecuentes para hacer más eficiente una vivienda o negocio es la lana mineral. Elaborado a base de roca basáltica, tiene una estructura fibrosa y porosa que permite atrapar el aire y crear una barrera contra la transferencia del calor. Hoy en día se ha convertido en un recurso fundamental para mejorar la eficiencia energética porque ayuda a mantener una temperatura constante. Así se consigue sacar el máximo rendimiento a los sistemas de climatización y calefacción, manteniendo la temperatura de confort en todo momento.
Se puede utilizar para aislar paredes, techos y suelos, y su composición es resistente al fuego, lo que hace que mejore la seguridad del hogar. A su vez, este material no favorece el crecimiento de moho ni la proliferación de bacterias, ayudando a mantener un ambiente en el hogar más saludable.
4. Corcho
Si entre las distintas opciones de materiales aislantes, quieres optar por un material natural que sea sostenible y respetuoso con el medio ambiente, el corcho es la mejor elección, ya que actúa como escudo natural contra las variaciones de temperatura.
Proviene de la corteza del alcornoque y es un recurso renovable que ofrece propiedades únicas como un material eco amigable y eficiente. Se usa para aislar paredes y techos, y es uno de los materiales para proteger del frío más recurridos en la construcción. La utilización de este material no solo contribuye al ahorro energético de tu vivienda, sino que promueve la preservación de los bosques, fomentando un estilo de vida sostenible y consciente con el medio ambiente.
5. Poliestireno
Y, por último, y no por ello menos importante, el poliestireno. Se trata de un polímero termoplástico que puede emplearse para aislar, pero también para construir viviendas y negocios de forma más eficiente. Este material es espumoso así que una de sus principales ventajas es que es muy ligero. Los lugares más habituales para emplearlo son techos y suelos, dos de los espacios más importantes para aumentar la eficiencia energética.