Llega el buen tiempo, aumentan las horas de luz al día y el calor cambia por completo nuestro uso de la electricidad.
Después de un invierno un tanto extremo, con nevadas y borrascas históricas, con las que hemos tenido que acondicionar nuestra vivienda para afrontar las bajas temperaturas, se acerca el calor y ya es hora de que empecemos a poner nuestra casa a punto para que este tenga el menor impacto posible en nuestra factura de la luz. ¿No sabes por dónde empezar? No te preocupes, en CHC Energía te ayudamos a mantener tu casa en las mejores condiciones con estos cinco consejos.
1. Revisa el sistema de climatización
El verano ya se hace notar, nos desprendemos de la manga larga y damos la bienvenida a complementos veraniegos como las gafas de sol. Del mismo modo que hacemos una revisión de nuestro armario para adaptarlo a las nuevas condiciones climatológicas, es muy importante revisar a fondo el sistema de climatización de la vivienda, para asegurarnos de que esté en perfecto estado.
Por ejemplo, si cuentas con aire acondicionado, asegúrate de que los filtros están limpios y en buenas condiciones y si no lo estuvieran, solo tienes que cambiarlos para asegurar un funcionamiento óptimo.
Para que nuestro aparato de aire acondicionado siga funcionando a la perfección por mucho tiempo, es importante mantener el ambiente de la vivienda lo más fresco posible durante todo el día, de este modo el aparato no tenga que realizar un esfuerzo extra para regular la temperatura, con el consecuente impacto que esto provocaría en la factura de la luz.
¿Sabías que la temperatura ideal de una vivienda para los meses julio y agosto está entre 25 y 27 grados? Esta temperatura garantiza el confort de las personas, reduce los contrastes entre el exterior y el interior y puede ayudarte a ahorrar en tu factura de la luz. Así que, evita la tentación de poner el aire acondicionado muy fuerte para huir del calor y pon a punto tu hogar para pasar un verano de 10, mientras ahorras energía.
2. Controla el uso de electrodomésticos que emiten calor
Todos los electrodomésticos son una fuente de calor en mayor o menor medida porque necesitan energía para funcionar correctamente. Pero algunos como el horno, la secadora, la tostadora o el secador no solo necesitan calor, sino que, además, su principal función es generarlo.
En la medida de lo posible, aprovecha las buenas temperaturas para realizar algunas tareas sin necesidad de utilizar aparatos, como tender la ropa o dejar secar tu pelo al aire libre. Una opción muy recomendable si tenemos que echar mano de este tipo de electrodomésticos es dedicar las últimas horas del día para utilizarlos ya que es cuando más baja la temperatura ambiente. Además de intentar implementar sinergias entre las tareas, por ejemplo, si vas a usar el horno, aprovecha para realizar varios platos de comida a la vez utilizando la técnica del batchcooking.
Mantener los electrodomésticos en perfecto estado no solo ayudará a alargar su vida, sino que también verás cómo tu factura de la luz se reduce. Y, por supuesto, siempre que puedas, apuesta por los electrodomésticos más eficientes, aquellos que tienen etiqueta A ya que consumen menos luz y cuentan con mejores sistemas para regular su propia temperatura y emisión de calor.
3. Revisa el aislamiento de las ventanas y no te olvides de las persianas
Si no cuentas con aire acondicionado y quieres asegurar que tu vivienda esté protegida contra el calor, comprueba que no existen pequeñas grietas por donde se escape el frío o pueda entrar el calor, en puertas y ventanas.
Es la parte más crítica de la vivienda ya que por esas pequeñas ranuras perdemos gran parte de nuestra energía, asegurar un perfecto aislamiento es clave para no dejar entrar el calor. En caso de que tus ventanas estén muy deterioradas y sea hora de cambiarlas, apuesta por modelos más eficientes, con materiales de PVC, doble acristalamiento y con factor solar que produce un “efecto rebote” con los rayos del Sol.
Un buen aislamiento, unido al uso de persianas y toldos es fundamental para preparar tu casa para los meses de más calor. La instalación de las persianas juega un papel importante al igual que la de los toldos, ya que actúan como barrera física frente al calor y dan un respiro al uso excesivo del aire acondicionado.