Afortunadamente, todos cada vez estamos más concienciados acerca de la salud de nuestro planeta. Los últimos años nos han dejado varias señales preocupantes sobre la huella que el ser humano y su contaminación empiezan a dejar en el mundo de forma imparable.
Por suerte, no todo es negro en lo que al futuro medioambiental se refiere. Los altos niveles de contaminación presentes en las grandes ciudades o sucesos tan importantes como el agujero en la capa de ozono y el derretimiento de los polos, han provocado que desde hace años, empecemos a pensar en energías alternativas provenientes de fuentes naturales y mucho menos contaminantes.
Seguro que más de una vez te has fijado en esos molinos blancos que se mueven lentamente en el horizonte de nuestras carreteras. O quizás conozcas a alguien cuya vivienda toma su energía de unas placas solares estratégicamente colocadas en el tejado. La realidad es que las denominadas energías renovables comienzan a abrirse paso como fuentes de energía a tener en cuenta y pese a que el petróleo continúa ostentando un poder económico brutal, parece que la batalla aún no está perdida del todo.
De todos depende continuar tratando de fomentar su uso en nuestro día a día para al mismo tiempo, luchar por mejorar la salud de nuestro mundo y el de las próximas generaciones.
Distintos tipos de energías alternativas
Pese a que algunas de ellas han ido alcanzando un mayor impacto social, como es el caso de los molinos de viento mencionados anteriormente, muchas energías renovables aún son grandes desconocidas para la mayoría de la población, permaneciendo totalmente en un segundo plano.