2020 llega a su fin, y menos mal. Ha sido un año atípico en el que nos hemos tenido que enfrentar a situaciones hasta ahora nunca vividas. Momentos de incertidumbre y desconcierto que cada uno de nosotros ha vivido en su hogar, que se ha convertido en un refugio. Una guarida de la que no hemos querido salir, para proteger a todos los que nos rodean, pasando muchísimo tiempo en ella y aprendiendo, también, a disfrutar de los pequeños placeres que esto ha supuesto en nuestro día a día.