Lengua, matemáticas, educación física… Los niños tienen una larga lista de asignaturas a lo largo del curso escolar para formarse y crecer en el ámbito académico y personal. Y es que cuando son pequeños son como esponjas capaces de aprender e incorporar hábitos mucho más rápido que los adultos.

¿Has pensado alguna vez en si los niños pueden aprender a ahorrar luz? La respuesta es un rotundo sí. Educar en el ahorro energético desde temprana edad les ayudará a ser más eficientes durante toda la vida, además estaremos contribuyendo  a crear una sociedad más comprometida con la eficiencia energética y sostenibilidad del planeta. Y por qué no decirlo, estos gestos mantendrán a raya la factura de la luz de las familias.

La clave está en ser constantes y presentar de una forma divertida y sencilla unos pequeños hábitos que mejorarán, sin duda, su conciencia sobre el consumo de luz, la necesidad de ser más eficientes y cómo fomentar medidas de ahorro energético. ¿Tenéis ya abierto un documento para tomar nota? En CHC Energía tenemos la guía definitiva para educar a los niños en el ahorro energético:

1. Crea la conciencia del ahorro de luz

El primer paso para conseguir que los más pequeños de la casa contribuyan a reducir el consumo energético y aprendan los mejores trucos para ahorrar luz. Apagar las luces al salir de cada estancia y aprovechar lo máximo posible la luz natural son algunos de los sencillos gestos que puedes implementar en tu casa para dar ejemplo con los más peques.

En este punto es realmente importante verbalizar lo que hacemos para que vaya creando conciencia en los niños. Frases como “Sube la persiana para que entre la luz natural” o “Acuérdate de apagar la regleta cuando termines de ver la televisión” ayudará a crear el hábito de ahorrar energía, no solo por las ventajas futuras para los niños si no desde el primer momento: estarás reduciendo el temido consumo fantasma de tu vivienda la causa de hasta un 11 % de incremento en la factura de la luz.

2. Utiliza el refuerzo verbal para favorecer los buenos hábitos

Hacer partícipes a los niños en el ahorro de luz es una carrera de fondo en la que habrá altibajos. Durante todo el proceso uno de los aspectos más importantes es mantener una actitud positiva, valorando los buenos gestos y utilizando un lenguaje asertivo para mejorar los hábitos que más cueste adoptar. Expresiones como “¡Qué bien que hayas desenchufado el cargador de la tablet, seguro que ahorramos un montón de energía gracias a ti!” ayudarán a la motivación del niño y crearán un ambiente más apropiado para aprender.

Pero si hay alguna tarea que se nos atasca, siempre podemos echar mano de la tecnología para acelerar el proceso: ¿has pensado en incorporar la domótica en tu casa para, por ejemplo, programar los horarios de uso de las luces de casa? Gracias a estos sistemas conseguirás que los niños asocien el uso de la luz con la falta de visibilidad en el exterior.